
Pues eso, desde nuestro lugar de reunión se ha salido en dirección Anna por el Camino Viejo, Albufera, subida por el Altico para seguir por el Plano hasta Chella. Desde aquí nos hemos dirigido a Playa Salvaje, el Río de Bolbaite y coger la Rambleta de la Cebolla hasta las inmediaciones de Playamonte por el Camino del Alto de los Chipos. En este punto nos hemos desviado por el Camino del Cruce de la Yegua hasta la pista de que lleva al Alto de la Cruz. Antes de llegar al alto propiamente dicho se ha tomado un camino en muy mal estado con una bajada espectacular, por las vistas y el estado del firme, que ha hecho las delicias de todos los pabajeros, en especial los que montan máquinas dobles. Este camino enlaza con la carreterilla que llega a los Charcos de Corbera, también conocidos como los Lagos de Quesa, hacia donde nos hemos dirigido.
En el cruce de los Charcos con el Camino del Planil se ha dado cuenta de los bocatas y barritas, tras lo cual hemos empezado las duras rampas de acceso al Planil que se han salvado “a ritmo de samba” por unos y “a ritmo de salsa” por otros, para llegar al cruce de la bajada del Lobo. Antes se ha insinuado la idea de hacer la trialera del Barranco del Lobo que llega hasta el Abrigo de Voro en el mismo Río Grande, pero la cordura ha imperado, como siempre, en el grupo y se ha decidido bajar por la “autopista” a todo trapo y subir hasta la zona de acampada de la Ceja de Río Grande.Durante el vadeo del río ha habido un intento de hacer submarinismo, con bici incluida, por parte de un miembro del grupo pero la profundidad del agua no lo permitía.
Desde aquí ya nos hemos dirigido a casa por el lugar de costumbre tras haber realizado 62 km. con una velocidad media de 17,25 km/h. con un IBP de 77, que no está nada mal. El desnivel de subida acumulado ha sido de 1069,84 metros y el de bajada de 1129,89 m.
Perfil desde aquí.
Fotos desde aquí (Cortesía Jose).
Saludos cordiales.
Crónica L.E.