sábado, 6 de julio de 2013

Fraile 2013



Es esta una de esas rutas que no se puede dejar de hacer por lo espectacular de los parajes por donde transita, por lo divertida y por lo refrescante que es (si se hace en verano que es cuando se debe realizar, claro). 
Es además una de esas vueltas que es un sueño de los “endureros de verdad” y que haría las delicias a nuestro querido Presi ya que se cicla por caminos polvorientos, trialeras increíbles, sendas sobre barrancos que te ponen los pelos como escarpias, pozas de agua gigantes, cauces cenagosos, cañares imposibles de atravesar, barrizales pegajosos; cauces con aguas trasparentes venga… y también un poco de asfalto, va. 
El día comenzó con un madrugón de aquí te espero, ya que la salida se programó a las 7:15 h. desde Anna donde acudió Alberto. Raudos partimos los 11 del grupo hacia Bolbaite para enfilar la vereda que llega a la Ceja de Río Grande donde se recogió a un amigo de Navarrés que nos esperaba. Bajada hasta Río Grande (con la primer mojadita del día), subida por el Lobo, parada técnica para reagruparnos en el Planil, para seguir por Cubillas pasando por el famoso Charco de las Tortugas y a la salida de Cubillas nos dirigimos hacia el camino que lleva a la zona de acampada de los Botijos, pero que abandonamos de buenas a primeras para embarcarnos en la primera de las trialeras de la jornada (bastante ciclable) hasta llegar a una preciosa charca de un afluente del Río Fraile donde almorzamos. 
Tras el almuerzo nos tocó coger a las burras del ramal y comenzar no a subir, sino a escalar la loma en cuya cima nos esperaba una estrecha senda con unas de las vistas más bonitas que podamos ver en nuestro territorio. Tras quedar extasiados y acongojados por el paisaje, volvimos a descender ahora sí, hasta el Fraile sin llegar a matarse nadie de milagro, porque vamos, la “bajadita” era una pared de tierra totalmente vertical, que si te descuidabas llegabas en un segundo al río, lo cual según el punto vista podía ser una ventaja o una desventaja. 
Una vez en el Fraile transitamos por el barranco que ha formado dicho río disfrutando de sus aguas y paisajes hasta salir a una zona más abierta, con la idea de darnos un merecido chapuzón en el Azud del Río Fraile (porque no íbamos mojaditos ni ná, claro) donde nos topamos con un inmenso cañaveral, que gracias a Alex y Miguel Angel pudimos atravesar tras casi una hora de lucha a brazo partido para abrirnos paso. Y desde aquí, ahora sí con el camino despejado a toda velocidad y disfrutando con los sucesivos vadeos del río llegamos al azud para nadar un ratico y realizar unas sesiones de natación sincronizada. 
Refrescados reanudamos la marcha hacia Quesa, con otra parada técnica para reagrupación en la fuente del Sarcófago Acuático (ver fotos), luego Navarrés, donde nos encontramos con la peña Poca Espenta que nos acompañaron unos km, Bolbaite, Chella donde los de Anna se quedaron a tomar una “servesica fresquica” que dicen en Chella y Alberto, Jose y Leonardo se adelantaron para llegar a buena hora a casa. 
Resumiendo la vuelta en dos palabras: IM-PRESIONANTE 
Saludos cordiales.
Fotos desde aquí.
Track en breve...
Crónica L.E.